La transformación digital obliga al manejo de idiomas incluso para comunicarse internamente en empresas que tienen su sede en España.
Claudia Ardeleanu (24 años) es responsable de Tecnología de la Información en una multinacional de publicidad. Para ella, las reuniones en inglés se han convertido en el pan de cada día. Desde que la contrataron en 2018, el uso de idiomas ha aumentado en su rutina diaria: “Me paso la jornada hablando con las filiales de la empresa en varios países para coordinar proyectos. Cada vez he ido asimilando más y no hay ninguno totalmente en español”. Ignacio Olivares (27 años) firmó hace dos meses su contrato como programador web en una consultora tecnológica, aunque no es su primera experiencia en el sector. En la entrevista le exigieron un nivel B2 (medio-alto) de inglés y considera que para muchas empresas su conocimiento no es un plus, sino una forma de cribar a los candidatos. “Muchas firmas prefieren gestionar la comunicación interna en inglés, aunque no sea la lengua original de la zona. Es una práctica que viene de países como Alemania y Holanda, aunque se está extendiendo también en España”, apunta.
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