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Las previsiones apuntan a un retroceso de la remuneración de los asalariados del 2,8% en 2022
En el año 2012 la pérdida de poder adquisitivo de los salarios reales fue del 3,5%
Los expertos, cada vez más convencidos de la necesidad de un pacto de rentas para detener una espiral inflacionista
Poco tienen que ver, pero hay un punto en común entre la crisis financiera y la energética que estamos viviendo ahora: la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Es complicado hacerse una idea del efecto que puede tener una elevada inflación después de años sin tener casi noticias de ella. Nos habíamos acostumbrado a vivir con subidas de precios muy moderadas. Ahora el IPC subyacente, la rasa más estable, roza el 5%.
¿Qué efectos tiene la persistencia del actual episodio inflacionista? Los datos apuntan a una caída del 2,8% de la remuneración real de los asalariados, es decir, teniendo en cuenta lo que realmente cuestan las cosas. Habría que retroceder al año 2012 de la crisis financiera para encontrar una pérdida de poder adquisitivo superior: -3,5%. Entonces fue la devaluación salarial y la caída del empleo. Ahora el protagonismo lo acapara la subida de precios generalizada que se va a quedar más tiempo del previsto con nosotros por culpa de la guerra en Ucrania. La caída de salarios en el caso español superará a la media de la eurozona este año, según las previsiones de la Comisión Europea.