El Consejo de Ministros da luz verde a la reforma del reglamento de Extranjería que facilitará la contratación en los países de origen y la regularización con fines laborales
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes la reforma del reglamento de la Ley de Extranjería que permitirá incorporar miles de extranjeros al mercado laboral. La iniciativa, impulsada por el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, pretende facilitar a los empresarios la contratación de extranjeros en sus países de origen y abre nuevas vías para que los inmigrantes que ya vivan en España puedan regularizarse y trabajar. Escrivá, que desde el principio ha contado con el apoyo de la mayoría de ministerios, ha defendido la reforma como una fórmula para aflorar la economía sumergida y paliar la falta de mano de obra en sectores clave para la economía, desde el transporte y la construcción, pasando por la hostelería o la digitalización. El Real Decreto que recogerá la reforma, se publicará este miércoles en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor en 20 días.
Escrivá evitar dar cifras sobre los extranjeros que pueden beneficiarse de la reforma, pero su impacto puede alcanzar a decenas de miles de personas. “Es imposible hacer una estimación [por la propia naturaleza de la inmigración irregular], pero ese no es el objetivo. El objetivo es modernizar el modelo para promocionar una migración legal, segura y ordenada”, mantuvo el ministro durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
La medida contempla un abanico de pequeñas modificaciones técnicas que harán algo más fácil emprender, reagrupar a familiares o regularizarse cuando se está trabajando en la clandestinidad, pero trae, sobre todo, novedades de calado en tres ámbitos clave para avanzar en un cambio de la política migratoria. En primer lugar, la reforma tiene como prioridad ampliar y mejorar la contratación de extranjeros en origen, especialmente la contratación colectiva, limitada hasta ahora a temporeros. A partir de la aprobación del texto, se ofrecerá a estos trabajadores una autorización de trabajo de cuatro años que les permitirá emplearse nueve meses por cada ejercicio. Si los trabajadores vuelven a sus países en cada final de temporada, se les premiará con una autorización de residencia y trabajo de dos años, prorrogables, con la que podrán vivir y trabajar en España por cuenta ajena y propia.