«La realidad nos dice que los trabajadores flexibles, los que tienen el control de cuándo o dónde trabajan, trabajan más tiempo y trabajan más». Así de contundente se expresó Heejung Chung, investigadora del mercado laboral y del estado del bienestar de la Universidad de Kent (Reino Unido), durante su intervención en la tercera jornada de la Time Use Week que se celebra en Barcelona, dedicada a la regulación de la ordenación del tiempo de trabajo.
Chung, que también es autora del libro The Flexibility Paradox: Why Flexible Working Leads to (Self-)Exploitation (La paradoja de la flexibilidad: por qué el trabajo flexible conduce hacia la (auto) explotación), explicó que el trabajo flexible desdibuja y recorta el tiempo para la vida privada porque, entre otras cuestiones, aumenta la competición entre trabajadores y la desigualdad hacia las mujeres.